Capitulo 2: Los gemelos Tweedledum y Tweedledee

Al traspasar la diminuta puerta, se veía un mundo diferente, un paraíso lleno de plantas y árboles de todos los tipos, algunos inimaginables. Un par de castillos se veían a lo lejos, al lado de unas ruinas.

Nina avanzo entre las plantas y los insectos, que por poco la superaban en altura.

Cuando llevaba andando unos escasos metros se encontró con dos rechonchos hermanos gemelos. Calvos, vestidos de igual forma y discutiendo….

-Te repito que era por allí…

-No, es por ese camino, que…

-Estoooooo… Hola -(los pegan un salto al ver a la diminuta Nina)-¿Podríais decirme donde estoy?

-Depende de cómo quieras llamarlo

-Puede ser el lugar fantástico…

-O el de tus fantasías…

-Pero es comúnmente llamado…

-¡¡País de las Maravillas!!-gritan al unísono

Los miro durante un largo rato, intentando ver algún punto de cordura en ellos. No lo consigo

-¿Y que hago yo aquí?

-¿De donde vienes tu?

-Pueeees….- Ay, Dios, ¿ya ahora como lo explico?- del mundo real

Los dos se miran y comienza a reírse escandalosamente, llegando a revolcarse por el suelo, no puedo dejar de pensar en un par de cerditos cuando les miro.

-¡Bueno, si no vais a ayudarme me voy! ¡Nina se larga, majos!

De repente los gemelos lanzan un grito y se ponen de pie con dificultad, entonces me miran con atención de arriba abajo.

Discuten de nuevo en voz baja, y finalmente uno pregunta:

-¿E-e-eres… eres Nina?

-Si, así me llamo

-¿Pero… La de verdad?

-Claro que es la de verdad, si no, no estaría aquí

-Puede que sea la falsa…

-O no…

-¡Claro que soy Nina!-exclamo enfadada-¿Qué otra Nina va a haber? ¡Y he llegado aquí por culpa de ese estúpido conejo!

Los dos muestran reconocimiento tras mis palabras

-¿Al conejo? ¡Ah! Mr.Rabitt-dicen al unísono

-Si, ese, ¿sabéis donde vive?

-Por allí-cada uno señala una dirección distinta, mientras yo lanzo un largo suspiro.